En el siglo XIX, contaba con ayuntamiento y escuela, y sus 120 habitantes
estaban dedicados principalmente a la ganadería. Asimismo se reabrieron
explotaciones mineras.
Actualmente, es una población con agua potable en todas las casas y
alcantarillado; pero en la mayoría se ha tratado de adornarlas o restaurarlas
lo más rústico posible.